Nuestra clienta, una dedicada violonchelista y miembro del profesorado de un prestigioso festival de música, se enfrentó a un angustioso incidente en su casa: un repentino derrumbe del techo la dejó con importantes lesiones. Este accidente no sólo le causó daños físicos, sino que también afecto su capacidad para actuar y enseñar, lo que repercutió en sus compromisos profesionales.
Armada con interacciones documentadas con su casero y pruebas de su prestigio profesional, se dirigió a nuestro bufete de abogados. Rápidamente reconocimos la negligencia del arrendador y, tras rigurosas negociaciones, conseguimos para ella un acuerdo de $110.000 dólares.
Esta indemnización, aunque no sustituye al desgaste emocional y profesional, ofrece una sensación de justicia y un camino a seguir. Nuestro bufete sigue comprometido con la defensa de los derechos de los perjudicados, garantizando que reciban la justicia que merecen.